viernes, 11 de setiembre de 2009

Yo no creo en l@s bi… ¡Sorry chic@s!

Lady Pop era la chica más guapa de la oficina. Su carita de querubín con ojos inmensos y marrones la hacían ver como una muñeca europea, muy bien formada y muy bien despachada. Pestañas naturales y tan rizadas, que cuando las levantaba era como si la abanicaran. Labios delgaditos, pero muy bien cuidados y con el toque exacto de labial o de brillo. El cabello lacio, largo y castaño. Y en el verano le aparecían pecas en la cara y los hombros que la hacían aún más atractiva.

Ella disfrutaba enseñándome en la PC las fotos de sus chicos, enamoraditos, pretendientes y similares, que la rondaban. ¡Todos eran unos churrazos! Algunos eran marinos, otros de la Fuerza Aérea. Parecían modelitos de catálogo.

LP siempre sospechó que yo era gay. Pero lo confirmó cuando nos cruzamos en el Vale Todo (en aquel entonces ese antro miraflorino todavía me parecía divertido). Yo había ido de farra con un grupo de amigos. Y la verdad, no me hice paltas al encontrarnos. Más bien, todo lo contrario.

El que Lady Pop se enterara de mi “gran secreto” nos volvió más amigos. Por fin tenía una amiga en el trabajo que sabía de mi condición. Por fin podía hablar con alguien sobre mi gusto por los chicos. Ella se convirtió en mi yunta y hasta me hacía el favorcito de levantarme muchos bonos en la chamba: no perdía oportunidad para lanzarme cumplidos delante de todos. La chica más linda de todas las áreas flirteaba conmigo (de mentirita). Wow. Era la envidia masculina.

Pero poco antes que LP se fuera a otro trabajo, algo extraño sucedió. Una foto donde ella y Lita, su entonces mejor amiga (lesbiana confesa), aparecían abrazadas había sido colgada en una Web gay, con una leyenda lapidaria: Lita y su esposa Lady Pop, en fiesta de fulanito. ¡GLUP!

Me lo dijo una tipa de la oficina del costado, como el chisme del día. Le avisé al toque a LP. Hizo que descuelguen la foto de esa Web en menos de cinco minutos. Pero era demasiado tarde. El rumor quedó. ¡LP es lesbi!, ¡Qué desperdicio!, ¡Su novia se llama Lita! ¿Será la activa o la pasiva? Cada comentario me hacía sudar frío, como si yo fuera al que hubiesen ampayado.

Valgan verdades, el más desconcertado era yo. Al final de la jornada la acompañé a caminar y le pregunté por el incidente. LP negó todo más de tres veces. Que era una joda de un bromista. Que Lita sólo era su amiga. Que no pasaba nada. Que a ella le gustaban los hombres. Y yo le creí, y la defendí todas las veces que escuchaba comentarios malintencionados.

Cuando se fue, me dio mucha pena, pues volvía a estar solo con mi “gran secreto” en la oficina, aunque mantuvimos contacto las primeras semanas y me visitaba con frecuencia.

Amor de mujer
Un día fuimos a almorzar y me contó que había comenzado a “salir” con Lita. Yo quedé en shock, pero le di mi apoyo incondicional. La notaba muy contenta, aunque con mucho miedo y confundida.

Me dijo que todo comenzó con un beso de juego y que ya llevaban un mes en plan de “amigas con beneficios”. Y al poco tiempo formalizaron como una pareja de lesbianas guapas y felices.

Lita era profesional. Acaba de seguir un MBA y estaba en la disyuntiva de trabajar en el negocio de sus padres o aceptar un trabajo muy bien rentado en una gran empresa limeña. Sentía que lo tenía todo: dinero, un buen puesto y una chica linda que se moría por ella. Destilaba felicidad por los poros.

Al poco tiempo, LP se independizó de su familia. Lita y ella establecieron su nidito de amor en un departamento precioso. Me invitaron a los pocos días que lo inauguraron. Lita tenía la chispa en los ojos de los que sienten el corazón lleno de amor. Es cierto, no vivían juntas, pues Lita debía seguir con sus padres todavía. Pero en la práctica era como si convivieran.

- Yo: Vaya, LP. Nunca hubiera pensado que terminarías en una relación con otra chica.
- LP: Menos yo. Pero aquí me tienes.
- Yo: ¿Y no extrañas a los chicos?
- LP: Me siguen gustando, pero ahora solo tengo ojos para Lita.
- Yo: ¿Pero tú te consideras lesbiana o bisexual?
- LP: No sé. Sólo sé que estoy enamorada de Lita.
- Yo: A ella sí la veo muy segura de su condición…
- LP: Sí, ella tiene las cosas más claras. Yo le digo que no se tome todo tan en serio.
- Yo: Pero ella sí tiene pensado compartir su vida con otra mujer.
- LP: Yo todavía no llego a tanto. Prefiero no pensar.
- Yo: Bueno, disfruta el momento, entonces.

Por aquel entonces yo había comenzado una relación muy intensa, a la que le dediqué gran parte del tiempo que antes daba a mis amigos. LP y yo nos dejamos de frecuentar.

Pasaron cerca de dos años y recién nos juntamos para conversar largo y tendido. Seguía con Lita, pero ya no la quería. Me confesó que había querido terminar la relación varias veces, pero que la reacción de Lita la frenaba. No quería hacerla sentir mal. Se sentía terrible al verla caer en depresión.

- Yo: ¿Pero cómo así murió el amor?
- LP: Hmmmm… Creo que todo fue una ilusión. La quiero mucho, pero no quiero pasar el resto de mi vida con ella.
- Yo: Vaya. Es bueno que lo aceptes, pero ¿no quieres pasar el resto de tu vida con Lita o con una mujer?
- LP: En realidad, con una mujer. Yo quiero ser mamá, tener hijos, casarme. Con Lita, eso será imposible. Tú lo sabes.
- Yo: Conozco parejas de mujeres que han concebido y viven juntas. Solo es cuestión de que ambas quieran.
- LP: Ella quiere, yo no. Lo tengo muy claro.
- Yo: Pero, amiga, han pasado dos años. ¿Recién te das cuenta ahora?
- LP: Es que al inicio todo fue perfecto. Era algo nuevo. Viajábamos mucho. Me ayudó mucho para establecerme e independizarme. Pero ya es hora de pensar en mi futuro y lo que quiero para mí.
- Yo: Entiendo. Te apoyo en lo que decidas. Pero, sorry si te hace sentir peor, me da mucha pena Lita.
- LP: ¿Y yo no te doy pena?
- Yo: La verdad, no.

Al terminar nuestro encuentro, me sentí plenamente identificado con Lita. Yo seguía en medio de mi relación tan intensa como tormentosa (la cual abordaré en una entrada posterior, cuando sea el momento adecuado).

Durante dicha relación yo vivía en una verdadera contradicción de sentimientos y sensaciones. Por un lado, sentía mi corazón lleno de amor y era consciente que mi ex también me había demostrado que podía morir por mí. Pero había una maldita barrera para que alcancemos la felicidad en pareja: en su cabeza no existía la posibilidad de que dos hombres hicieran una vida juntos y envejecieran uno al lado del otro.

Eso me hacía sentir desdichado, como si invirtiera todos mis ahorros en un negocio que al final de cuentas yo sabía que me iba a dejar en la miseria. ¿Debía ser práctico y disfrutarlo mientras durase, sin involucrar sentimientos? Quizá antes había tenido esa facilidad, pero con él simplemente no podía aplicar esa táctica. Era todo o nada.

Cada vez que le venía una recaída y me recalcaba que no era conveniente que yo pensara en envejecer a su lado, me sentía fatal. Y me embargaba la inseguridad. Literalmente dominaba mi sentido y mi razón.

¡Yo no quiero una Lady Pop!
Siempre he pensado que hay tres tipos de bisexuales. En primer lugar están los que disfrutan su sexualidad sin límites, con hombres o mujeres, por igual. Ellos tienen las cosas claras y saben que nunca se involucrarán en serio con nadie, pues no pueden guardar fidelidad a un solo género. No buscan pareja, sólo acompañantes sexuales.

También hay los gays o lesbianas reprimidos, que antes de aceptar y asumir su naturaleza optarán por vivir una farsa y se refugiarán en una novia o novio "pantalla". Es decir, mientras que el primer grupo es bisexual porque quiere, este segundo lo es porque “debe”. Es un mandato que le impone la sociedad, la familia o la Iglesia.

Por último, existen los bisexuales que buscan relaciones serias y duraderas, pero que necesitan empatarse con pares bisexuales, que tengan la misma mentalidad, a fin de estar claros con el código tácito entre dos corazones que saben que existe la gran posibilidad de que más adelante a la otra persona le guste alguien de otro sexo. Estos son pocos, en realidad.

Mi ex (en aquel entonces) y LP pertenecían a la segunda clasificación. Es decir, desde mucho antes que iniciáramos la relación había cortado vínculos amorosos y sexuales con mujeres, pero siempre tuvo presente el hecho que debía casarse (obviamente con una mujer) y establecer un hogar.

LP y yo nos despedimos ese día y nos fuimos en direcciones opuestas. Decidí caminar para despejarme, pues sentía que LP y mi ex (que en ese entonces era mi pareja) eran tan similares y tan dañinos para quienes queremos ser felices con alguien de nuestro mismo sexo. Y los odié en silencio. “Yo no quiero una Lady Pop en mi vida”, dije en un arranque de rabia y me propuse no verla más. Ese día sentí que, por más que intentara, ningún gay tiene tanto poder para cambiar a un bisexual permanentemente. Ese día tomé conciencia que mi relación tenía una fecha de caducidad. Solo el tiempo me la reveló.

Ojo, no me refiero al amor. El amor puede acabar en cualquier momento de una relación heterosexual, homosexual o bisexual. Mi punto es que las relaciones de pareja con un bisexual están predestinadas a morir. No pierdo oportunidad para advertir a toda persona que yo estime sobre el riesgo de involucrar el corazón con un bisexual.
Quizá no le guste a algunos, pero creo que los bisexuales sólo sirven para tirar. En realidad, tengo amigos que buscan hombres casados, pues no quieren compromisos ni ataduras. Y para ellos, un bisexual significa solamente sexo sin compromiso.

Lady Pop terminó con Lita al poco tiempo de nuestra cita. Lita quedó devastada, y le costó levantarse. LP, en cambio, al mes volvió al ataque con los chicos lindos. Me enteré que estuvo con tres muchachos con los que le fue mal. Creo que está emparejada otra vez. A ninguno le contó sobre su experiencia con Lita. Y creo que jamás lo hará. Sea como sea, yo solo espero que ella encuentre la felicidad. Y lo digo de todo corazón.

¿Qué opinas de la bisexualidad? ¿Has sido o eres bisexual? ¿Has conocido algún bisexual? ¿L@ tomaste o te tomaron en serio? ¿Crees que un bisexual puede sostener una relación de pareja que no esté predestinada al fracaso? ¿Crees que los bisexuales solo sirven como compañeros sexuales?


Comentario de Nano
Mil disculpas por la demora en publicar, pero he tenido unas semanas terribles y estressantes. Gracias por su preocupación y por preguntar cuándo posteaba nuevamente. Me motivan a continuar con el blog. Saludos. =P


Pepe Aguilar - Miedo

La canción y el video (de una serie europea) resumen muy bien el tema de esta entrada. Disfrútenlos.

Pink – Who Knew

“Si alguien hubiera dicho hace tres años que te ibas a ir, lo hubiera golpeado, porque estaba totalmente equivocado”, se desgañita Pink en esta canción.

Katy Perry- I Kissed a Girl

Katy Perry habla por quienes asoman sus narices por la bisexualidad.