La verdad, mi episodio con ese patita no tuvo mayor relevancia ni en mi vida amorosa ni en mi vida sexual. Pero el hecho de que Richi me dijera que las cosas con esta persona estaban convirtiéndose en algo más que un simple flirteo, me generó diversos sentimientos. Creo que el más fuerte era el extraño sabor de aceptar que nos habíamos convertido en hermanitos de leche.
Y se lo dije a boca de jarro. “Oye, ahora somos hermanos de leche”, le lancé en son de broma. Richi se ofendió. Y nos peleamos por varios días.
Me había incomodado la situación. Es cierto, era alguien del pasado, que no tenía mayor significado para mí. Pero luego de reflexionar en la causa de mi molestia, llegué a la conclusión de que, en el fondo, sentía que cualquier hombre que hubiera tenido algo conmigo, estaba prohibido para mis amigachos. Sí, hervía en sentimientos machistas y egoístas. El ser humano no puede controlar sus sentimientos.
A los días volvimos a hablar. Quedamos claros en que el shock inicial había pasado y nos reímos de nuestra nueva y “láctea” hermandad.
Quizá muchos pensarán que sobre reaccioné. Y quizá así fue. Pero en realidad, conozco a varias personas que se han relacionado (ya sea como agarres, puntos o pareja) con ex amantes o ex parejas mías y viceversa, y en algunos casos hemos llegado a establecer una relación amical cordial y sincera. Pero este caso era distinto.
Creo que la impresión inicial de sentirse “hermano de leche” de otra persona es grande. De la sorpresa puedes pasar al desconcierto, la decepción o la cólera. En ese momento te asaltan muchas preguntas. Luego asimilas la situación y, en el mejor de los casos, terminas riéndote.
Cada vez me convenzo más que el ambiente limeño es tan pequeño como un pañuelo. Por eso pienso que en Lima se ha extendido una Sociedad de Hermanos de Leche, que muchos no quieren ver o simplemente prefieren no percatarse de él porque lo consideran totalmente irrelevante o quieren evitarse malos ratos.
Más allá del morbo que se pueda ver en este tema y en la (in)trascendencia de contar el número de hermanos de leche puede tener cualquier gay promedio, sí hay varios aspectos sobre los cuales es interesante reflexionar.
Más que una cuestión de números
Mirando introspectivamente, si en mi pasado libertino tuve más de cien amiguitos cariñosos, ¿mi actual pareja debe asumir que tiene más de cien hermanitos de leche? ¿Y desde el momento en que yo empecé a formar parte del historial de otro hombre, automáticamente me convierto en hermano de leche de todos aquellos que estuvieron antes que yo y de todos los que vendrán? ¿A más libertino el ambiente, más grande la Sociedad de Hermanos de Leche? A estas alturas, parece imposible escaparse.
Quizá muchos renieguen del rótulo de “hermanos de leche” y, de cualquier manera, desconocerán la “filiación láctea” con otra persona. Pero por muy bastard@ que vean a su “hermanit@” lo cierto es que los une el haber pasado por la vida de una persona en común. Y nadie se los recrimina, ni mucho menos, solo que lejos de renegar de ello, deberían asumirlo y vivir tan tranquilos como conscientes de ello.
Machismo puro
Pero se da el caso en que los hermanos de leche llegan a ser buenos amigos. Y establecen relaciones amicales muy estrechas. Podría pensarse que el grado de madurez en este tipo de personas es muy grande. Sin embargo, yo creo que muy en el fondo esta situación tiene sus orígenes en el machismo arraigado en la sociedad.
Es decir, en el ambiente homosexual se da el caso, cada vez con mayor frecuencia, en que los hermanos de leche sociabilizan, lo cual dista mucho de lo que sucedería entre heterosexuales, especialmente en el campo femenino.
Mi punto es el siguiente. No me imagino a una amiga heterosexual o a mi hermana, por ejemplo, departiendo en una reunión con su esposo y su ex enamorado o ex flirteo (por muy bien que hayan terminado). Estoy seguro que la cultura machista imposibilita a las mujeres heterosexuales forjar una bonita amistad con alguien de su pasado sentimental o sexual. Es cierto, puede haber excepciones, pero no es lo usual en nuestra sociedad limeña.
Yo no reniego de mis hermanos de leche. Tampoco los quiero recibir con los brazos abiertos, pero con aquellos en quienes encuentro condiciones para estrechar lazos de amistad, hago lo que considero más prudente: tomar aquello que tuvimos en común inicialmente y lo reemplazo por nuevos temas en común. Hasta ahora me he llevado muchas sorpresas agradables. Pero también me he topado con gente muy desagradable, de la que simplemente a veces no encuentro cómo es posible que hayamos compartido el interés por una misma persona. En fin… el ser humano es tan difícil de entender.
¿Has pensando en cuántos hermanos de leche tienes? ¿Te molesta tenerlos? ¿Mantienes contacto con ellos? ¿Por qué?
Rent – The Tango Maureen
Joanne y Mark son hermanos de leche en la película Rent. Tienen en común que ambos amaron a la volátil e indomable Maureen.
Objetivo Birmania – Los Amigos de mis Amigas son mis Amigos
Creo que todos los que tenemos 30, recordamos esta canción de nuestra infancia. Sí, es insoportable, pero bien que la bailamos. JA!