martes, 16 de junio de 2009

Little A., mi mejor amigacho

Soy afortunado pues tengo más de un gran amigo. Pero el mejor de todos (y todos lo saben y no se ponen celosos) es mi querido Little A. ¿Será porque somos contemporáneos o porque somos totalmente diferentes en gustos, hobbies y personalidad?

Yo tengo una teoría. Él y yo nos hicimos amigos cuando yo entendí lo importante que fue para mí tenerlo cerca durante todo el proceso de aceptación de mi sexualidad y que el hecho de ser gay no me hace ni más ni menos que nadie.

Little A apareció en mi vida gracias al Chat. Era 1998 y recién entraba en boga el Internet y las bondades del ciberespacio. Yo siempre fui tímido. Y pensé que Little A era todo lo contrario. Vaya fiasco. Resultó ser extremadamente tímido e introvertido en todos los aspectos de su vida, menos en dos: para comer a sus anchas y para bailar como los dioses (o digo diosas).

Coincidimos en un canal de una incipiente comunidad, y una conversación llevó a la otra. Comenzaron las bromas y las llamadas, a mi casa, a su casa, al celular. Un día nos animamos a encontrarnos y conocernos. Los dos teníamos 20 años. Nervios. ¿Cómo será? ¿Será tan buena gente como parece por el Chat y por fono?

Y el día llegó. De pronto apareció una tarde. Gordinfloncito, con lentes, algo de barba y trigueño. Debo confesar que yo pensé que era de tez clara y no me gustó. Pero salimos a caminar y a conversar. Nos caímos bien. Comenzamos a salir y hasta nos hicimos “pareja” por dos semanas (cosas que uno debe vivir cuando está jovencito). Recuerdo que Little A. me dijo que un día se levantó con ganas de ya no seguir conmigo y me lo hizo saber. Luego entendería que estaba aplicando su estrategia de “prefiero hacer daño a alguien, antes que éste me haga daño a mí”.

Yo quedé confundido: alguien te dice que te quiere y a los días te dice que ya no. Cosas de muchachos, que cuesta aceptar y entender.

Tenía que pasar por algo muy fuerte que me hiciera superar ese trance y cortar todo de raíz. Y sucedió. Sábado por la noche. Little A. me llamó para invitarme a la disco con un amigo más. Yo, que no tenía planes y quería bailar, acepté. Éramos los tres confundidos en la disco repleta. Conversábamos, nos reíamos y tomábamos algo. De pronto suena una canción que me gustaba. Empiezo a bailar frente al espejo. I say a little prayer for U, de Diana King. Me concentré en la canción y en mi reflejo.

De pronto volteé la cabeza en dirección a la mesa que ocupábamos. Mis ojos se abrieron con estupor. No salía de mi asombro. Mi dizque primer amigo gay y hasta hace unos días pareja estaba besuqueándose con el otro muchacho. Entré en furia. Quería gritarles a los dos. Decirles que no me gustaba que me usaran de violinista y menos en esa situación. Sonará chistoso, pero creo que estaba en mi etapa de luto y sentí que Little A. me faltaba el respeto. Agarré mis chivas y me fui, claro no sin antes decirle a Little A. que era de lo peor y que no me llamara nunca más.

Y ese nunca más se tradujo en un año, completito. Al año, volví a llamar a Litlle A. y le dije para salir a bailar y conversar. Little A. no se la creía. Le costaba creer que yo tenía interés en hacerme su amigo, pues fueron muchas veces que lo traté mal en el teléfono. Incluso hasta una vez le dije que si quería hablar con alguien que llamara a su psicólogo.

No recuerdo bien qué tuvo que suceder para que Little A. se convenciera de mis intenciones. Lo cierto es que cuando comprendió que quería ser su amigo, se dio cuenta que las amistades de verdad son para siempre. Entonces, por fín comprendimos el significado de una promesa que se jura bajo la palabra de amigacho.

Little A. me ha enseñado tanto en la vida. Nos hemos peleado horriblemente, varias veces. Y luego nos hemos pedido disculpas. Siempre nos hemos apoyado cuando uno ha necesitado del otro. Él estuvo ahí todo el tiempo que necesité para curarme de mis heridas del corazón, cuando sentí que no podía hacerme cargo de una responsabilidad en el trabajo y cuando salí del closet en casa.

Las parejas, los amantes, los conocidos y tantos dizque amigos pasaron, tanto para él como para mí. Todo puede pasar y Little A. y yo seguiremos siendo cada vez más amigos. Claro, nunca pasó a mis parejas. Dice que siempre me alejaban de él. Pero con mi actual pareja, con quien ya nos vamos por el año y tres meses, el clic entre él y Little A. fue instantáneo, lo cual por cierto me llenó de felicidad. Por primera vez en mi vida, cuento con la “bendición” de Little A.

Él es como mi hermanito. Y sabe que no me molesta su mal humor, ni que sea antisocial, ni irónico, ni introvertido, y contreras para todos y ante todo, que sea la bitch más grande del mundo. Es más, creo que le hace feliz que alguien lo acepte sin querer que él cambie.

El ambiente gay es distinto cuando tienes una mano amiga que nunca te fallará y que te conoce tan bien que ya no necesitas decirle como te sientes ante una situación. Un amigacho puede hacer la diferencia entre un mundo gay sin paltas y un mundo de represión, culpa y remordimiento, que atormenta a tantos miembros de la comunidad (aunque jamás lo aceptarán). Como lo dicen en la película, The Broken Heart Club, no recuerdo desde cuando siento que soy gay, solo sé que gracias a mis amigos comprendí que todo estaba bien.

¿Tú tienes algún mejor amigo? ¿Cómo te ha ayudado a asumir tu condición de gay? ¿Crees que un amigo puede influir en la manera como ves tu vida? ¿Qué tendría hacer alguien para que te demuestre que es tu amigo?

Say you'll be there - Spice Girls

Esta es mi canción con Lttle A. La comparto con ustedes.

9 comentarios:

Little A. dijo...

Amigüitooooo!!! Gracias por el blog. Serio que está muy lindo. Vaya que me has hecho sonrojar. No todo el mundo tiene que entrarse de ciertas cosas, no? Discreción carambas! Bueno, igual me gustó mucho. Un abrazote! Te quiero :)

Anónimo dijo...

Sex And The City version Chu. Genial!!

Un beso amigo, algo me dice que me quedare enamorado de este blog.

Chilin

Anónimo dijo...

Ya era hora de que tuvieras tu blog!! me imagino que tienes mucho que contar jejeje
Abrazos y felicidades

Birtcoft dijo...

Aparece al fin algo que promete ser interesante por estos lares, seguiré al tanto del post para confirmar o desmentir que tanto te conozco. (felizmente que no creaste un ning, que ya aburren tantos)

Espero nomas que no cuentes los secretillos y/o confidencias de nadie mas si no ya sabes... denunciado misma magaly.

P.D. Te puedo preguntar lo que sea? te sabes el número ganador de la tinka de este domingo?

Nano dijo...

Tinka te voy a dar en la cabeza, chistoso!
Gracias por los comentarios. Sugiéranme temas, ps.
Ya se viene la siguiente entrada...
Saludos,
Nano

michael n dijo...

Muy buena me encanto... algo sencillo y bueno... LOS AMIGACHOS son pocos ,,, pero lo importante es poder brindar lo mejor de nosotros ...

Felicidades esperare la siguiente entrega...

Anónimo dijo...

Bien "Maria Conchita Alonso" te veo con tus relatos, jejeje, pero está simpático el blog, me hace recordar a algunos capítulos de la serie de TV "Melrose Place". Saludos amigo y esperaré la próxima entrega.

José Cárdenas

Darwin dijo...

Little A es lo máximo aunque él no lo crea. Tus post están súper querido nano. El primero me ha puesto a pensar sobre las discos y sabes la opiniòn que tengo de ellas

Anónimo dijo...

Mi querida Karrie B, me alegro que por fin publiques sobre lo que tanto sabes: la vida.
Muchos éxitos.

Samantha J.