sábado, 27 de marzo de 2010

El Anciano, la Mariposa y la Tacita: Un gueto de niños gays

Cuando era niño veía todo con tanta inocencia y no le prestaba importancia a muchas cosas. A muy temprana edad, es decir a mis 6 o 7 años, disfrutaba cuando veía los números musicales de La Novicia Rebelde, y quería ser uno más de los hijos del Capitán Von Trapp y cantar con la monjita María.

En esa época no me causaba ningún sentimiento de culpa que cuando jugábamos a los superhéroes yo quisiera ser alguno de los Gemelos Fantásticos, a veces Zan o a veces Jayna (dependiendo de mi estado de ánimo, y le decía a un primo que él era mi mono Gleek =P), o que a veces quisiera ser Linterna Verde con su traje pegado o tener una capa y volar como Superchica.

En la escuela también sucedía algo parecido. Estudiaba en un colegio de hombres. Y me llegaba que todos jugaran fútbol y hablaran de carritos y guerras. No me quería resignar a también hacer lo mismo. Entonces me hice amigo de dos chicos que tenían mis mismos códigos.
Fue una conexión inmediata. Como uno de ellos era chimuelo, le decían El Anciano. El otro, como era bien afeminado y flaquito le decían, cruelmente, Mariposa. Los compañeros de salón me pusieron Tacita, la Cocinerita. No recuerdo bien por qué, pero seguro fue porque sabían que mi familia tenía un restaurante.

El Anciano, La Mariposa y yo estábamos juntos en el recreo. Hablábamos de la música que nos gustaba, de los programas de tele que veíamos y hasta de las novelas que sintonizaban las mamás de ellos. La mía nunca vio ninguna telenovela porque dice que le mareaban.

Creo que me sentía feliz en esos tiempos. Me había encontrado con mis pares y era muy grato tener cómplices. Pero al poco tiempo de conocerlos todo cambió. Mis hermanos mayores me cuadraron. Me ordenaron que “dejara de hacer mariconadas”. Me amenazaron con pegarme. Me dijeron que no podía escoger ni decir que quería ser una súper heroína ni nada parecido. Tenía que ser un súper héroe macho y rudo. Me repitieron: “juega fútbol, ensúciate, hazte heridas y sé rudo”.

Les tenía respeto a mis hermanos. No los contradije, pero algo dentro de mí hervía en cólera. Fue la primera vez que sentí que me dictaban lo que tenía que hacer y no me gustaba. Pero accedí a sus requerimientos. Interioricé todos mis gustos. Ya no podía decirlos públicamente y como mis hermanos estudiaban en mi mismo colegio, tenía que reprimirme por completo en el recreo. Pero me las ingenié con mis dos pequeños (y primeros) amigachos para mantener vivo nuestro instinto y nuestra naturaleza.

¡Qué duda cabe! Era un gueto de niños gays. Ya no hacíamos las bromas para que todos escuchen, solo conversábamos entre nosotros. Creo que entendíamos que nos “debía dar vergüenza” y que el resto no nos entendería. Preferíamos mantenernos al margen de las jodas, las burlas y las reprimendas de quien fuera (profesores, hermanos y papás). Aprendimos a no mostrarnos débiles ante el resto. Tampoco simulábamos ser rudos, simplemente queríamos pasar desapercibidos. Hasta hablábamos de chicas. Apelábamos a algunos recursos con tal de salvar el pellejo.
Separación inevitable
Así estuvimos los seis años de primaria. Nunca me había enterado que mi profesor había llamado a mi mamá para darle quejas sobre mi comportamiento. Al terminar el año escolar, El Abuelo, La Mariposa y yo nos despedimos, pensando reencontrarnos en abril próximo. Pero no sucedió.
Al pasar a secundaria nos separaron. A El Anciano y mí nos pusieron en secciones distintas. La Mariposa ya no regresó más al cole. Y nos quitó el habla. Años más tarde me lo crucé en la calle y me esquivó, como si fuera un criminal. El Anciano me dijo que también le hizo lo mismo.

A los 15 años, luego de haber sentido la furete represión de la familia, la sociedad y la iglesia, y justo cuando estaba en toda la etapa de negar mi sexualidad y vivía literalmente atormentado por sentirme atraído a los hombres, coincidí con El Anciano en un salón nuevamente. Ya no éramos los mismos de antes. Ya no nos frecuentábamos, no hablábamos. Teníamos nuevos amigos. Es más, hasta llegamos a no tolerarnos.

Un día, se sumó a la joda que me hicieron algunos compañeros del salón. Tomé asiento y los más palomillas saltaron de su carpeta, simulando que caía una bomba atómica. No solían hacerme estas bromas, pues había otros más gordos que yo, pero no me había gustado nadita. Entré en furia. Así que lancé mi mirada inquisidora y vi a El Anciano burlándose. Me acerqué. Me cuadré delante de él. Le metí un puñete en la cara que le rompió el labio. Me respondió con un cachetadón que me duele hasta ahora y nos trenzamos a golpes. Nos separaron.

- “¡Qué mierda tienes conmigo! ¿Por qué te burlas de mí?”, recuerdo que alcancé a decirle.
- “Yo no he sido, gordo de mierda”, me respondió.

Su respuesta me enfureció más y me lancé sobre él. Me fijé en su chompa ploma de colegio, que estaba descocida en la parte central, justo en el inicio del cuello V, y la jalé con fuerza. Se la rompí en dos. Parecía una casaca sin cierre. Los dos llorábamos de cólera. Nos sacaron del salón y por poco nos suspenden con citación a nuestros padres. Recuerdo que al tiempo le pedí disculpas, pero creo que ese altercado sólo terminó por separarnos definitivamente.

Yo soy Nano
Diez años más tarde, en una noche de discoteca, y yo con un chorro de kilos menos, bailaba sin cesar en un antro de Miraflores. No había nadie interesante (ustedes entienden, jejeje) ni amigos con quienes conversar. Estaba por irme y mis ojos divisaron a El Anciano sentado en una silla, solo, como si esperara a alguien que no llegaba. Era un chico con cuerpo de gym, ropa muy bonita y perfume caro. Era mi primer amigacho de toda la vida. Me acerqué y lo quedé mirando.

- ¡Anciano!, le solté alegremente.
- ¿Perdón? ¿Te conozco? Me lanzó una mirada entre de sorpresa y fastidio.
- Claro, yo sé quién eres. ¿No me reconoces?, le respondí.
- Lo siento, pero no tengo idea dequién eres. Me cortó en seco.
- Yo soy Nano. Tu amigo de cole.

El Anciano se levantó de su silla, como por un resorte, y nos dimos un abrazo prolongado. Me dijo que me encontraba irreconocible y creía que me había hecho la lipo. Nos hicimos tantas preguntas y reímos y bailamos toda la noche. Nunca tocamos el tema de que siempre supimos que los dos éramos gays. Creo que estaba implícito en la amistad de niños. También recordamos a La Mariposa, pero era como si se la hubiera tragado la tierra. Fue muy bueno reencontrarnos.

Para escribir este blog recordé mis inicios como gay. Yo sí creo que nací homo. Y creo que muchos lo sienten así también. Pero al ir creciendo, van apareciendo los sentimientos de culpa por ser distintos a lo establecido y por ir en contra de todas las reglas sociales y religiosas. Todo eso (y los conflictos que genera) constituyen factores que van moldeando al gay como ser humano. ¿O van moldeando al ser humano como gay?

Ahora puedo decir que soy la suma de todos esos factores. Del Nano al que llamaban Tacita, La Cocinerita, que tuvo que dejar de ser tan femenino por miedo a sus hermanos, sus papás, la sociedad y la Iglesia, he llegado a ser el Nano treintañero que vive sin paltas, sin culpas ni resentimientos por ser homo. La verdad, doy gracias a Dios por todo el proceso (aunque me ha costado muchísimo sobrellevarlo), pues el Nano de hoy en día me gusta mucho. Y lo mejor de todo es que está dispuesto a ser feliz. =)

¿Cómo fue tu infancia? ¿Tuviste amiguitos gays? ¿te reprimieron en casa, en el colegio o en tu barrio ¿¡Tuviste algún gueto gay de niños?

Do Re Mi - La Novicia Rebelde en Central Station Antwerp (Bélgica)


Este video es un homenaje a uno de los musicales clásicos de todos los tiempos: La Novicia Rebelde. Me encanta. Era la canción que más me gustaba de esa obra.



Ma Vie En Rose - Película de Alain Berliner



Película francesa que aborda el drama que vive un niño que siente, piensa y se comporta como una niña. El choque que experimenta contra su familia, la sociedad y el resto del mundo.

10 comentarios:

Felipe Ros dijo...

:-) Qué gracioso
Hace poco en una reunión en mi casa conversábamos un grupo de amigos de "cuándo nos dimos cuenta" jejeje
¡Me has hecho recordar hartas cosas!

la china dijo...

Lo leí, at last! Nano, te conozco hace 14 años exactamente y no sabía 1) q tenías amigachos desde la infancia 2) q tus hermanos te cuadraron 3) q el profe habló con tu mom!! (pucha peor que la Inquisición!) 4) Q te peleaste a golpes 5) que te decían Tacita (jajajaja) 6) que querías volar como superchica! etc etc
Bueno, todos tenemos malos y buenos recuerdos de la infancia, y tienes razón, viendo para atrás es chévere la vida que tenemos ahora, en los 30s, no?
Querido Tacita, ehem, perdón, Nano, hay que reunirnos para hacer catarsis de la infancia y el cole... Pero advirtiendo a la Angelito que no puede tergiversar nuestras historias en su blog verosímil, jajaja
Pd. Oye esa costumbre de hablar de chicas la mantuviste hasta la universidad, con que era para despistar, no? Aja!
Pd2. La última frase “La verdad, doy gracias a Dios por todo el proceso (aunque me ha costado muchísimo sobrellevarlo)” me ha recordado mucho el reciente twitter de Ricky Martín…copyrights, ups!

Nano dijo...

China:
Algunas precisiones. Para comenzar, si ves la fecha de mi post, colgué mi entrada el domingo 28. Lo de R. Martin fue el lunes 29. Así que... =P Nada de copycat!!!! jajajaja
1.- En realidad, en esa edad ni conciente era de que ellos eran mis amigachos. Eran los amigos con los que me gustaba pasar el rato.
2.- Sí, mis hermanos me cuadraron, ps. Eso sí, mis padres nunca me dijeron nada.
3.- Sí ps... al final llegué a esa conclusión, que luego me confimró mi mamá ya cuando era grande... Por eso nos separaron.
4.- Sí, pero no fue la única vez...
5.- Lo de Tacita murió al poco tiempo, porque no me gustaba que me dijeran así.
Lo de las chicas... pues hubo una época en la que sí me gustaban. Y sí me llegué a enamorar de dos o tres... upppsiiii

Anónimo dijo...

Tacita, digo Nano, me ha gustado este post, se nota que te salió del bobo... me da pena que hayan separado a unos niños por el hecho de ser diferentes (tipica frase, Dios perdona el pecado, pero no el escándalo).

China recontra monse, comente en mi post tambien pesssss!

Sobre Ricky Martin, pues como que el final es parecido, pero quien no sentiría lo mismo despues de vivir en la verdad? Por cierto, Nano, ahora sólo te falta que nos digas tu identidad... valor!

Un beso
Angelito

Damian dijo...

creo q todo gay a hecho un post de como era su infancia gay, yo tambien lo hice, pero como no tenia hemanos, estaba a punto de ser emo, hasta pensé en matarme, era unchibolo cojudo, pero a los 17 asumi, y sali del closet y ahora tbn soy un 30ero feliz.
haber si tenemos mas coincidencias en diverosos post, te seguiré

Denis J Grossi dijo...

Bueno querido nano:
La verdad que la infancia es muy dificil yo la vivi en argentina y las burlas, los desplantes eran moneda corriente a diaria... un sufre mucho la no aceptación. yo comparto plenamente lo que decis yo al igua que tu y al igual q mi novio creo que nacimos homo y eso se siente... esa parte de uno cuesta mucho porque la sociedad hace que te super cueste, no tuve amigos gays me hubiera gustado para no sentirme tan solo, solo tuve un amigo japones q para ese entonces corria la misma discriminacion que yo por ser gay el era inmigrante y al fin y al cabo lo discriminaban creo q eso fue lo que mas me marco en la vida mi infancia... me impidio soltarme y me llevo a que recien luego de haber cumplido 20 años pude recien decirle a mi mama que era gay... la infacia te marca mucho mucho y te hace un par de golpes que te cambian solo un poco. mi hermano no me hizo lo q ati te hicieron, no directamente aunq sabia perfectamente que odiaba a los gays y mas de una vez tuve que fingir una heterosexualidad para que no me vea distinto

la infancia para un chico gay q lo siente desde pequeño es lo peor... porque esos un niño que no sabe porque siente lo que siente, sos un niño que se detiene a mirar otros nenes sin saber porque. y con la carga de que lo que estas haciendo segun tus compañeritos o tu maestra no esta nada bien.

algun dia subiere un post de mi infancia... se lo debo a mi lectores... saludos nano, y cuando quieras pasate por nuestro blog.

bye

Denis y Alex

Umbriel y Oberón dijo...

Hola Nano,
Lindo Post!, me hiciste retroceder en el tiempo y de hecho hay muchas coincidencias, hasta me ha dado ganas de escribir sobre mi infancia gay, jeje (lo haré al tiempo). Otro coincidencia, hace poco en una disco me encontré con uno de mis compañeros de colegio con los que siempre andaba..menuda sorpresa para mi!!!...
Muy aparte, muchas gracias por tus palabras, de verdad que nada como sentir que uno no está solo en momentos de tristeza.
Un abrazo!
Oberón

Anónimo dijo...

Bacan el post. No soy gay. Creci en una sociedad homofobica. Una sociedad que estigmatiza a quien tiene un opcion sexual distinta. Una sociedad intolerante y abusiva. Muchas veces fui parte de la joda y la burla hacia mis companheros de salon que eran afeminados. Fui rompiendo con esa estupidez y ese abuso colectivo cuando empece la universidad y asumi una actitud en contra de la homofobia cuando me fui de Peru. Hoy dia me parece increible conversar con mi esposa sobre nuestros pequenhos hijos y decir que la opcion sexual que ellos elijan sera siempre apoyada. Cada vez que voy a Peru respiro dos cosas que me ofenden infinitamente homofobia y racismo y lamentablemente no siento que ello haya cambiado mucho en los ultimos 12 anhos que llevo fuera. bacan la historia. bacan saber que eres feliz y sin rollos como lo dijiste. un abrazo. daniel

Nano dijo...

Hey muchachos:
Gracias por los comentarios.
Angelito:
Pues sí, me jodió que me separaran de mis primeros amigachos, pero bueno... ni modo.. pude vivir sin ellos...

Damian:
Qué bueno que estés bien ahora, en los 30. =)

Alex y Denis:
Pues la homofobia es una lacra mundial. Qué bueno que les vaya bien a ustedes dos. Un abrazote

Oberón:
Gracias por tus palabras. Espero que haya mejorado todo. Fuerza, amigo. =)

Daniel:
Gracias por tus palabras. Me alegra mucho leer eso de un hetero. Ojalá la mayoría de peruano pensara así, pero aún falta mucho para que la sociedad evolucione.
Un abrazote
Nano

r.o. dijo...

Acabo de descubrir tu blog, me parace genial, me jode no saber como responder y usar la gramática a la altura de tus escritos, jaja, en verdad leí posts arriba sobre que eres un fascista y demás, pero considero que debajo de la ignorancia de la gente, se corona la piconeria ácida de no poder escribir tan bien y tan lindo como lo haces, o caes en el ridículo de alguien que se jura culto, pero de un viaje en Soyus no ha pasado.
Cuando era chico, estudie y viví por la necesidad de mis padres, en un colegio, horrible, donde la miseria y las carencias se ponen por delante de la educación y la integracion, durante los 11 años de colegio, viví en medio de una burbuja de jabón creada por mí, tratando de esquivar los ataques de chicos que crecían con potos de vedettes impresas en periódicos de 20 céntimos, con calatas en tele y con el machismo de padres obreros, consumidores de cerveza hasta la inconsciencia.
Creo que desarrollé toda mi capacidad creativa, en base a la abstracción de esas epocas, me invente una vida a base escudos imaginarios, de muñecas dibujadas en mis cuadernos del estado y mi habilidad de despegue, cuando quería desaparecer en un cohete de ahí.
nunca llegue a odiar a ninguno de mis compañeros de colegio, creo que crecí desarrollando una cierta pena por su futuro, que en cierta forma sería un dejavu de la vida de sus padre, en el techo de sus casas con cuartos improvisados, sus hijos prematuros concebidos en la prom y esposas sacadas de la misma fiesta de prom.
La vida siguió para todos, y mis rockets me ayudaron a despegar y crecer en formas que jamás espere, en cierta forma agradezco a esta gente del cole , que me permitió abstraerme tanto, y desarrollar un vinculo personal tan fuerte conmigo, que finalmente mi voz interior fue la que conto.
Creo que al fin y al cabo todos los gays crecemos dentro de una sociedad machista que nos ataca según el estrato social donde estemos, pero finalmente queda en nosotros aprovechar al máximo nuestra propia compañía, porque, acabado el cole y en la vida real, los que tenemos la chance somos nosotros.
Gracias por tu post.
r.